
Otras hacen su tarea de memoria y no quitan sus ojos del horizonte, de manera tal que nuestro héroe, todavía envuelto en harapos, pasa totalmente desapercibido, confundido con la miseria del mundo que ellas no quieren ver.
Para estas Penélopes, esta espera es una auto condenación.
Nota: El genero másculino y la referencia a un ser humano es puesta por el lector, para quien escribe, todavía no está clara ni la naturaleza (humana o divina) ni el genero (animal, mineral o vegetal) ni el estado (material o espiritual) ni la existencia (real o proyectada) de este Ulises-Odyseo del cuento, al que nos empeñamos en esperar.
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